Desde la llegada de la pandemia a nuestro país, cerraron sus puertas unos 500 salones de fiesta.
En la actualidad, y dentro del marco de la pandemia del covid19, unos 800 salones de AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) se unieron a SYMA, sigla que significa Salones y Multiespacios Autoconvocados.
De esta manera, los salones de fiesta y peloteros solicitan ayuda para no tener que cerrar definitivamente sus puertas.
En este sentido, queda claro que, por la cuarentena que se implemento en nuestro país, a causa de la pandemia, los salones de fiesta viven una situación compleja.
Según SYMA, en la Ciudad de Buenos Aires de 700 salones, sólo quedan 275. El mismo panorama se replica en todo el país. Algunos, abrirán en noviembre, aunque no tengan autorización.
Alfredo Mico, ahora vocero de SYMA y dueño de un pelotero en el barrio de Caballito, contó, en diálogo con el portal BAE Negocios, que hace unos días organizaron una protesta frente al Congreso.
“No sabíamos ni que teníamos que hacer, no sabíamos si cortar una calle. Teníamos vergüenza, pero ya no damos más. Somos todas pymes y cada vez son más los que desaparecen. Más de 500 cerraron en CABA, porque ya no pueden pagar el alquiler, los impuestos y servicios. Hay mucha gente detrás de cada salón cerrado, más de 250.000 personas entre animadores, catering, cotillón, magos, decoradores, maquilladores, entre otros”, dijo Mico.
Y agregó: “En el caso de los peloteros, las fiestas se organizan con un mes de anticipación. Además, no podemos vender fiestas en cuotas porque no sabemos qué pasará y no queremos sumar más deudas. En mi caso pedí un crédito de $150.000 y lo tengo que empezar a pagar con el local cerrado, estamos pidiendo que nos den una prórroga”.
Asimismo, Mico revela que el tema de las señas por adelantado que pagan los clientes, para reservar una fecha a futuro para realizar una fiesta termina siendo una dificultad.
Mico indicó que “nos asesoramos con abogados y las señas no se devuelven. Si podemos ofrecer reprogramar la fiesta, mantener el porcentaje de seña para cuando podamos reabrir, acordamos que si necesitan lo pueden pasar a otra persona amiga o familiar. No se trata de mala voluntad, lo que pasa es que no podemos devolver las señas”.
Por otra parte, dentro de lo que es el ámbito porteño, les permiten poner mesas y sillas en la vereda y operar como un bar. “Nos unificaron a los servicios gastronómicos, pero sólo podemos revender productos, no podemos cocinar ni producir nada. Hay que sacar un permiso en cada Comuna. El problema es que no tenemos para invertir, el Gobierno de la Ciudad nos prometió un subsidio y luego nos dijo que no. Ningún salón se reconvirtió en bar, previo a esta medida, un salón se reinventó y ofrece comida vegana”, manifestó Alfredo Mico, vocero de SYMA.
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