Una imagen vale más que mil palabras. ¿Y una foto? Es el nuevo arte y puede alcanzar a millones de dólares, en este nuevo mercado de coleccionistas, inversores y amateurs apasionados. Paris Photo es hoy la feria más importante del mundo en fotografía y durante cuatro días reunió a todos ellos en el esplendor y la mágica luz del Grand Palais, uno de los espléndidos monumentos históricos de la capital francesa. Las ventas comenzaron frenéticamente el primer día, con los coleccionistas recorriendo sus galerías de nicho y los amateurs perdidos en la inmensidad de los dos amplios pisos de obras.
Con 180 expositores, 149 galerías y 31 editores de libros de 38 países, Paris Photo se inauguró el jueves 8 y continuará hasta este domingo. Renovada, audaz, con nuevos artistas que promueven un arte más marginal y de vanguardia, fotos “vintage” únicas y súper apreciadas y 17 nuevas galerías que llegan por primera vez. Entre ellas, tres galerías latinoamericanas y sus fotógrafos. De Qatar a África del Sur, de la Argentina a Rumania, de China a Dinamarca, pasando por Irán, todos están representados. Ante la sorpresa de los presentes, hubo una visita inesperada a una de las dos galerías argentinas del evento: discreta, curiosa, y sorprendida llegó la primera dama francesa, Brigitte Macron.
Un lugar impresionante. Una de las sedes de Paris Photo. /Noel Smart
Es un Paris Photo distinto, con ricos sponsors como BMW y JP Morgan, que ha cedido su colección de arte de 150 años de historia, con la colección de fotos de la californiana Nion McEvoy y con la puesta en valor del trabajo de las mujeres. Ellas X Paris Photo es su nombre y, en el terreno, hay un itinerario especial del arte de cien fotógrafas que comienza en la feria. Pero que también se prolonga en otras exposiciones paralelas en todo París, auspiciado por el Ministerio de Cultura. Como dice el director de Paris Photo, Emmanuel Marcovich, “una feria que no deja jamás de reinventarse”. La fotografía invadió París y hay docenas de salones y exposiciones paralelas.
Este año Paris Photo se dividió. Los galeristas y editores de libros ocupan el área central, los grandes formatos están en el salón de honor y los films en el MK2 del Gran Palais, al pie de los Campos Eliseos. Pero Paris Photo incorporó este año Curiosa, un nuevo sector temático, que presenta una selección de imágenes eróticas. Una mirada fetichista, con fotos de archivo, fotomontajes y autorretratos a través de las diferentes generaciones. Allí están los emblemáticos trabajos de Daido Moriyama, Nobouyoshi Araki y Robert Mapplehorpe, que evocan el erotismo a través del fetichismo y la dominación sexual. Pero otros ven al cuerpo a través del género, la raza.
Estación. Una foto de Harry G Olds, cerca de 1901. Jorge Mara/La Ruche
Prismes reúne a los grandes proyectos y series. Allí conmueve Hiromi Tsuchida, el fotógrafo japonés, con su colección de fotos de objetos cotidianos después del bombardeo en Hiroshima. Una a una, sintetizan las historias humanas de esa masacre y le ponen rostro e identidad al horror. El uniforme militar de Minouru Tanda, que se encontraba a 1.800 metros de la explosión. El reloj de Kengo Nikawam, que estaba a 1.600 metros del Kannon Bridge, en el momento del bombardeo, saltó al río completamente quemado y murió en 1945: su hijo le había regalado el reloj en un viaje a China. O la valija de Taddayori Kihara, que estaba a 1.250 metros del Yobashi Bridge cuando se lanzó la bomba.
Vestido es lo todo lo que queda de Sesuko Owaha. Tenía 21 años y participaba en ejercicios matinales cuando comenzó el bombardeo nuclear. Se escondió en un parque y el fuego la forzó a arrojarse al río. Estaba a 800 metros del ataque. Fue rescatada por soldados, llevada a los cuarteles. El 9 de agosto fue transferida a otra lugar y murió el día 11. Ella usaba este vestido expuesto, debajo de un saco y pantalones de mujer.
Imágenes conmovedoras en Paris Photo. / Noel Smart
La negritud en grandes y espectaculares retratos, la aparición de hasta ahora desconocidos fotógrafos de Europa del Este con su particular iluminación, la raza, la nueva pobreza americana tras la crisis bancaria, la marginalidad, India y la fotografía iraní aparecen en Paris Photo con toda su fuerza.
“Yo miro obsesivamente la fotografía de América Latina. Pero este año la feria es espectacular y son muy impactantes las fotos de los fotógrafos de Europa del Este, que no todos conocen. Los precios suben bastante” comenta Jean Louis Larrivière, editor y coleccionista de fotos, que oscila entre París y Buenos Aires.
Namibia. Una imagen de Stephan Gladieu. / – Noel Smart
Una de las originalidades es una instalación de Ana Vitoria Miusu, que reúne 22.000 negativos de eventos y fiestas de la alta sociedad de Río de Janeiro, desplegados como una catarata. James Nachtwey tuvo su propio homenaje en Memoria: es uno de los grandes fotógrafos de guerra del mundo. Silk Road es la galería que muestra la fotografía iraní y está basada en Teherán. Expone fotos del hoy fallecido Abbas, ex Gamma y Magnum, uno de los grandes reporteros de guerra, en imágenes atípicas, como la del director Abbas Kiarostami en las colinas de Teherán buscando un ángulo para su film El sabor de las cerezas en 1997.
Jorge Mara es uno de los tres galeristas latinoamericanos de París Photo. No había terminado de recibir la visita de Claude Picasso, hijo del maestro Pablo, gran coleccionista y enamorado de las fotos de Horacio Coppola, cuando entró a su blanco stand una mujer rubia, pequeña y sonriente, que miraba las fotos de Julio Cortázar y Jorge Luis Borges de Sara Facio: era Brigitte Macron, la primera dama de Francia.
El vestido. Lo que queda de Sesuko Owaha después de Hiroshima. /Noel Smart
Ella preguntó: “¿Usted de dónde viene, señor?” “Soy un galerista argentino” respondió Mara y Madame Macron entró decididamente a su stand. ”Yo estoy fascinada por Argentina. Voy próximamente. Y estoy tratando de leer todo lo que puedo sobre la Argentina”, contó Brigitte Macron a Mara. Y siguió el diálogo, hasta que alguien de la comitiva se la llevó en su tour.
En Jorge Mara-La Rouche están las fotos de Grete Stern y Horacio Coppola, que los coleccionistas aman, y las de Sara Facio y su bello retrato de Astor Piazolla con su bandoneón. Pero este año hay una nueva incorporación. Son las fotos de Harry Grant Olds, un norteamericano de Ohio que fotografió Buenos Aires en el 1900. El joven fotógrafo Alfredo Srur encontró sus negativos en la casilla de un perro de una azotea de Buenos Aires y los recuperó. Srur investigó, recopiló los negativos de Olds, los limpió, curó y reprodujo. Sin él probablemente no existiría hoy la figura de Olds. “Estamos tratando de que todas estas obras de Olds que están aquí vayan a parar a manos de un gran museo”, continuó Mara.
Perón al poder. Una foto de Sara Facio en la galería Jorge Mara-La Ruche/ Noel Smart
Es que Olds “fue un fotógrafo excepcional. Un norteamericano que trabajó en la Argentina y que fue un pionero. Llegó joven y se estableció en Buenos Aires como un fotógrafo comercial con características muy singulares. Sacaba muchas fotos en la calle. Registró la ciudad, a sus habitantes. De alguna manera fue uno de los primeros en desarrollar lo que es la fotografía de calle. Harry Grant Olds es prácticamente desconocido fuera de la Argentina” contó Jorge Mara a Clarín en París.
El gran museo en que están pensando quizás está en el Hemisferio Norte. “El Metropolitan es el lugar», dice Mara. De casualidad, el curador jefe del Metropolitan Museum conoció las fotos de Olds. Se interesó, tuvimos unas conversaciones con él y justamente estamos tratando de afinar un proyecto común. A él le interesó mucho. El no sólo es un gran conocedor sino un gran autor sobre fotografía. Y seguramente escribirá algo sobre Olds ” dice Jorge Mara.
Aubervilles. Año 1947, la posguerra en Europa. / Louis Stettner
A los “vintages” de Mara se suman unas fotografías de Corea del Norte como jamás se vio antes ese país. Otra de la características de la feria son veinte exhibiciones sólo para David Goldblatt, testigo pionero del apartheid, el erotismo de Guy Bourdin o el irlandés Richard Mosse.
Paris Photo, el gran mercado del arte pleno y accesible, para una juventud que ha comenzado a coleccionar.