Un nuevo aniversario del incendio del taller textil clandestino ubicado en Luis Viale 1269, en el barrio de Caballito, en el que murieron seis personas, sobrevivientes, familiares y organizaciones sociales realizaron ayer una jornada de lucha, un festival de la resistencia para pedir justicia y la sanción de una ley que convierta el edificio en un centro de memoria.
Allí unas 65 personas, más de la mitad eran niños, llegadas desde Bolivia vivían y trabajaban en condiciones de explotación laboral y sin medidas de seguridad. El 30 de marzo de 2006 un incendio provocado por un desperfecto eléctrico mató a seis personas de entre 25 y 3 años. Buena parte de los trabajadores provenían de Cantón Cohana, un pueblito muy pobre de Bolivia ubicado a 100 kilómetros de La Paz.
En el siniestro fallecieron una joven de 25 años embarazada, dos adolescentes y tres niños Por del incendio murieron una joven embarazada, dos adolescentes y tres niños. Una de las sobrevivientes denunció: “La ropa que usamos está manchada con la sangre de las trabajadoras textiles y de sus hijos”.
Cabe señalar que la Justicia condenó en 2016 a 13 años de prisión a los capataces del taller textil clandestino, Juan Manuel Correa y Luis Sillerico Condori, ya que consideró que fueron coautores de los delitos de “reducción a servidumbre en concurso con estrago culposo seguido de muerte”.
Pero también, la justicia sobreseyó a los dueños del lugar y les devolvió la posesión del inmueble. Por esta razón, la Comisión por la memoria y justicia de los obreros textiles de Luis Viale detallaron que “un año más se cumple este 30 de marzo sin justicia, ya 16 años de una masacre”, además, los integrantes exigieron “por las víctimas y por los sobrevivientes es que exigimos la expropiación y la patrimonialización del taller”.
En este sentido, Lourdes, una de las sobrevivientes de la masacre al tomar la palabra durante el acto, dijo “Esto no fue ni tragedia ni accidente, fue una verdadera masacre patronal. Acá murieron cosiendo ropa, la ropa que usamos está manchada con la sangre de las trabajadoras textiles y de sus hijos”.
En el momento que le tocó hablar al micrófono, Lourdes nombró a las y los fallecidos: Juana Vilca, de 25 años y embarazada, Wilfredo y Luis Quispe, de 15 y 4 años, Elías y Rodrigo Carbajal, de 10 años y 4 años, y Harry Rodríguez, de 3 años. A cada nombre le siguió el grito de “presente” por parte de los manifestantes.
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