Por orden de la Justicia, se tomaron muestras de agua, para analizarlas, y verificar que sea potable.
LA orden partió de la Unidad Fiscal Especializada en Medio Ambiente (Ufema), que comenzó a investigar si existe algún tipo de contaminación en el agua. En tanto, Aysa, asegura que el agua es apta para consumo humano.
La justicia decidió intervenir, después de los numerosos reclamos y denuncias en redes sociales por el mal sabor, olor y color del agua potable en la Ciudad de Buenos Aires.
Por eso, según consigna BAE Negocios, la Unidad Fiscal Especializada en Medio Ambiente (Ufema) comenzó a investigar la semana pasada si existe algún tipo de contaminación.
La Justicia porteña confirmó que “la causa se inició el 7 de septiembre, en principio es por averiguación del artículo 57 de la Ley 24.051. Ese mismo día le dimos intervención al CIJ para que lleven a cabo tareas de individualización de los damnificados, a los efectos de poder establecer la magnitud de la afectación del servicio y principalmente proceder a la toma de muestras“.
Por otra parte, UFEMA sostiene que “La medida se ordenó en todas las comunas con la intervención de la Dirección General de Control Ambiental (DGCONTA). Ahora estamos en el cumplimiento de estas tareas previas a cualquier medida de avance, y con DGONTA ya una primera toma de muestras tendríamos para analizar. Estamos en lo más complejo de detectar caso por caso y ver si se corresponda a una misma planta de AySA o el problema es generalizado”.
Asimismo, en la denuncia, agregaron: “Desde las primeras horas del día viernes 4 se setiembre de 2020, se detectó un evento de fuerte olor en el agua cruda de ingreso a Planta San Martín, que, si bien resulta apta el consumo humano, puede presentar un olor y sabor particular identificado con un descriptor tipo aceituna o aceite de oliva”.
Por su parte, desde AySA informaron que “el agua de consumo no presenta toxicidad alguna”, y que la compañía realizó una denuncia la semana pasada ante la Unidad Fiscal de Medio Ambiente, en la que se presentó como damnificada.
Cabe señalar, que Aysa reconoce que el cambio en el aroma y el sabor “comenzó a detectarse a partir del 21 de agosto y se fue repitiendo de manera intermitente con un nulo o bajo impacto en el olor del agua, hasta que el evento ocurrido el viernes 4 de setiembre resultó de mayor magnitud, algo que ya había ocurrido con otro evento similar el 1º de julio del corriente año”.
Según indicaron voceros de Aysa, la hipótesis que manejan desde la compañía sostiene que: “En cuanto a su origen, si bien no ha podido determinarse aún, teniendo en cuenta los muestreos realizados por Barco Laboratorio y por tierra en los distintos arroyos, podría inferirse que vendría del Río Reconquista, a través luego del Luján y su llegada a planta en el Río de la Plata”.
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