Flugt es el nombre de un nuevo museo dedicado a refugiados que abrió sus puertas en la ciudad de Oksbol, en Dinamarca, donde antes hubo un campo de refugiados alemanes de la Segunda Guerra Mundial, con la intención de acercar las historias detrás de las millones de personas que se ven forzadas a dejar sus hogares en condiciones de exilio.
Flugt, que significa huida en danés, está ubicado en lo que fue un gran hospital del campo de refugiados alemanes. Reconstruido gracias a la inversión de 16 millones de euros y con una ala nueva, ese antiguo edificio subdivido en hospitales y quirófanos, que estaba oculto detrás de un denso bosque, se convirtió ahora en un gran museo dedicado a narrar las historias de personas que debieron desplazarse de sus lugares de residencia y origen por motivos de raza, religión, pertenencia social, ideología, nacionalidad o género.
El museo presenta la historia del mayor flujo de refugiados que tuvo Dinamarca en referencia a las decenas de miles de alemanes que huyeron del avance del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial y se refugiaron en Oksbol. Fue en esos terrenos y en playas del Mar del Norte donde se instalaron al final de la guerra muchas personas que huían del nazismo.
Pero también, como explica su director Claus Kjeld Jensen, el flamante Flugt incorpora “la historia de los muchos refugiados que han llegado al país en los últimos tiempos”, de acuerdo a lo citado en la página web de la institución danesa. ¿Quiénes son esas personas que se esconden detrás de las estadísticas que pueblan las páginas de los medios de comunicación y la televisión? En este museo, Dinamarca elige contar las historias de refugiados de Alemania, Hungría, Vietnam, Afganistán y Siria.
En declaraciones a la agencia de noticias AFP, Jensen explicó que la intención del museo es “contar la historia que hay detrás de los números, las personas reales”.
En en este sentido, el museo combina experiencias virtuales con instalaciones (como una tienda de campaña) y reúne testimonios de personas que debieron huir de sus hogares. Si bien esos relatos llevan la marca del desplazamiento y el dolor por el exilio, al mismo tiempo reivindican el país que recibe como un lugar seguro, del que en muchos de los casos no quieren volver, tal como se leen en algunos de los fragmentos de las historias.
“Tenemos muchos más refugiados en el mundo que al final de la Segunda Guerra Mundial. Así que supongo que el tema es más relevante que nunca”, consideró el director de Flugt.
Por su parte, la Reina Margarita II de Dinamarca sostuvo el día de su inauguración que “nadie hubiera pensado que sería de tan triste actualidad hablar de los refugiados y del exilio”. En el último tiempo, Dinamarca ha endurecido su política frente a las personas que piden refugio en tierra danesa a través de la aprobación de una ley en el año 2021 que reduce drásticamente la ayuda y busca externalizar su sistema de asilo. Esta medida ha sido criticada por organismos internacionales.
De acuerdo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en el año 2021 más de 84 millones de personas se habían visto obligadas a desplazarse. A esto se le suma que la invasión rusa de Ucrania desencadenó un movimiento en el que se registra al menos 12 de millones de personas obligadas a abandonar sus hogares.
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