Matías Franco es un lobista, un gestor de intereses en favor de particulares, empresas y corporaciones.
El elenco se completa con Darío Grandinetti como el oscuro pastor Elián Ospina, líder de la Iglesia de la Sagrada Revelación, quien usará las influencias del lobista para «lavar» su fortuna proveniente de los «aportes solidarios» y Leticia Brédice, gestora en eterna competencia con el personaje principal.
La bella Julieta Nair Calvo, una actriz que fue una revelación en la tira «Las estrellas» (El Trece), vivirá su romance con el protagonista desde su rol de una fotógrafa noble y con agallas, un papel que contrasta con la oscuridad del tono narrativo del envío.
Los actores Alberto Ajaka y Luis Machín completan el reparto de una serie a la que De la Serna describe como, «una ficción que se aparta un poco de esa lógica dogmatizante que indica que en la historia cada cinco minutos debe pasar algo y en cambio propone un argumento pero también una escucha, una atención especial del espectador para con el hilo argumental, algo que hoy considero valioso».
Télam en una reducida rueda de prensa conversó con el actor, quien mostró un sereno entusiasmo por su papel.
Télam: ¿Cómo es su personaje?
Rodrigo de la Serna: Matías Franco es un lobista, para decirlo elegantemente «un facilitador de negocios», lo que en la calle comúnmente se conoce como ‘un garca». Como buen psicópata seduce, como sucede con esta clase de tipos: Son simpáticos y consiguen generar empatía, tiene un pragmatismo voluptuoso. Se trata de un psicópata a quien lo excita más generar dinero y sentirse poderoso, que ponerse a contar billetes. Fue un servicio de inteligencia y tiene muchos contactos en el mundo empresarial, en el poder legislativo y también conoce a jueces; pero sobre todo maneja la mecánica de estos poderes y opera siempre en beneficio de su bolsillo. Su tarea es facilitar negocios y cuando no hay operaciones disponibles para concretar, él genera los intereses para que de alguna manera se logren.