Desde 1997, cada 30 de mayo se tiñe de verde en un mensaje de esperanza y concientización acerca de la donación de órganos y tejidos. La elección de inscribirse como donante es un acto voluntario y altruista que puede efectuar cualquier persona mayor de edad, que brinda la posibilidad de vivir y luego dar vida. En este sentido, la difusión y educación sobre la materia resulta una responsabilidad compartida, en el compromiso de que cada paciente en espera pueda recibir el órgano que necesita.
Cada año se realizan más de 100 mil trasplantes de órganos en el mundo y se estima que más de 250 mil personas se encuentran en lista de espera. En Argentina, el conocimiento sobre el valor de esta decisión tomó fuerza en los últimos años; obteniendo un crecimiento sostenido en la cantidad de registrados y trasplantes realizados. Si se compara el número de procuración de órganos experimentados en 2017 con los efectuados en 2016, el crecimiento fue de un 15,53%. Asimismo, el porcentaje de ciudadanos que expresaron su voluntad para ser donante aumentó en un 123% de un año a otro, según datos del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI).
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En lo que va del 2018 esta tendencia parece continuar: se registraron 217 procesos de donación de órganos en el país y 647 trasplantes (303 con órganos provenientes de donante fallecido y 115 con órganos de donante vivo).
De la misma forma, la predisposición de los argentinos a registrarse como donante refleja una amplia mejora, ya que 25.292 personas se inscribieron durante los primeros meses del año, frente a 345 que expresaron su negativa. El mayor inconveniente frente a estas cifras radica en aquellas personas que no expresan su voluntad ni rechazo, ya que la ley vigente exige una manifestación en vida.
Romina Perez Manelli, trasplantada cardiaca, Ezequiel Lo Cane, papá de Justina. y Claudio Juarez, papá de Zoe. Foto Archivo Diego Díaz.
Marcelo Ballesteros, asesor médico del Grupo Proyecta, brinda su opinión sobre esta disyuntiva y destaca: “La promulgación de la Ley Justina sería muy beneficiosa para nuestro país. Las modificaciones de la ley 24.193 posibilitarán que los miles de pacientes en lista de espera tengan mayores chances de llegar a ser transplantados». Ballesteros va más lejos aún y refiere que «así como la justicia dispone de los órganos de una persona mediante una autopsia obligatoria para llenar un expediente, cuando -por ejemplo- ocurre una muerte en vía pública accidental o dudosa, los médicos deben disponer de los órganos en todas las circunstancias para poder salvar varias vidas”.
La ley Justina tiene como eje fundamental la consideración de que todo ciudadano mayor de edad sea donante, salvo que la persona haya dejado constancia de su oposición; así como la asignación de un 20% del Fondo Nacional de Trasplante a la capacitación de los enfermeros y médicos.
El Obelisco iluminado de verde por el Día de la donación, que desde 1997 es cada 30 de mayo.
El compromiso y la articulación de instituciones vinculadas a la salud es primordial para poder instrumentar acciones que promuevan la donación de órganos. Aníbal Feder, miembro de la Comisión de Jóvenes de la Fundación de Estudios para la Salud y la Seguridad Social (FESS), explica que el crecimiento del número de trasplantes tiene su punto crítico en la cantidad de donantes: “Para poder incrementar los mismos se hacen necesarias campañas de información masivas. Los organismos públicos y privados de salud del país cuentan con una infraestructura desarrollada para poder brindar atención a aquellas personas necesitadas de este tipo de tratamiento. Las políticas sanitarias de nuestro país contemplan esta situación definiéndola como uno de los puntos importantes en salud pública”, señala el profesional.
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En la actualidad los principales órganos y tejidos trasplantados son: piel, riñón, hígado, huesos, córneas, corazón, páncreas y médula ósea. Llevar adelante campañas de trasplantes de órganos es posible gracias a la acción en conjunto de una sociedad concientizada, los establecimientos hospitalarios intervinientes y los organismos de procuración pertenecientes al sistema sanitario argentino.